Monos, batas, chaquetas… La etiqueta de industrial y militar se fusionan para apoderarse del armario de temporada. Los textiles se vuelven resistentes y la silueta se concibe en pro de la utilidad.
Ahora los bolsillos incorporados en chaquetas, pantalones y faldas se erigen como el último fetiche.
¿La paleta? Caquis, tonos tierras y azul índigo componen un acorde todoterreno.
La novedad la imprime la sofisticación a través de sedas, rasos y accesorios. Los stilettos son el arma de seducción para actualizar la tendencia.
Imágenes: D.R.