Cura contra la comida basura

Que levante la mano quien no haya deseado un helado, postre hipocalórico o un trozo de pizza tras una cena baja en contenido calórico.

Pues según un estudio desarrollado por el Imperial College de Londres y la Universidad de Glasgow, el día que prefieras la ensalada de espinacas a la hamburguesa puede no estar muy lejos.

Las moléculas de inulina-propionato de etilo (IPE) podrían tener la clave del cambio. «IPE puede reducir la actividad en las áreas del cerebro asociadas con la comida de recompensa, al mismo tiempo que reduce la cantidad de comida solicitada», explica Gary Frost, uno de los investigadores implicados.

Imágenes: @tastyscreen

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