La temporada ha dejado de lado el carácter más cursi de la silueta peplum que ahora se siente más cómoda dándolo todo al volumen. A través de tejidos que llaman a la amplitud desde una nueva perspectiva en la que entra en juego el acolchado, el carácter se asimila más al de patrones naif tomando forma incluso de vestido.
El peplum se exagera, sí y su radio de acción deja de limitarse a la etiqueta sofisticada, una visión plasmada por creadores como Molly Goddard y Cecilie Bahnsen. Ahora es un magnífico compañero de vaqueros, medias con prints y en sus versiones más generosas, incluso funciona en solitario.
Otro elemento que actualiza su presencia es la belleza. Rostro fresco y pelo recogido en coleta ayudan a llevarlo en el día a día.
Imágenes: Instagram.