En un lugar casi secreto, escondido en el patio interior del Colegio de Arquitectos de Madrid, se asienta Bosco de Lobos. Un establecimiento de cocina mediterránea.
Alejado de la vista de curiosos encontramos el último proyecto de la empresa En Compañía de Lobos. Un espacio acristalado con cocina vista, horno de leña y estanterías repletas de libros que, en menos de un año, se ha convertido en un referente gastronómico en la capital.
¿Su éxito? Una cocina sencilla de corte italiano que ha conquistado a los paladares más exigentes. Pizzas caseras, carpaccios, risottos y un apartado especial de postres comparten espacio en una cuidadosa carta de temporada.
Un templo foodie idea de Tomás Taruella, Perico Cortés y Rafel Londoño que han sabido encontrar el equilibrio entre gastronomía y diseño creando una atmósfera singular.
Bosco de Lobos, Calle Hortaleza 63 (Madrid).
Imágenes: D.R.