Nadie se lo esperaba. O quizás, sí. Billie Eilish se ha transformado completamente para protagonizar la portada de junio de la edición británica de Vogue.
Pocos días después de lanzar una nueva canción, «Your Power», y a dos meses de publicar su esperado nuevo álbum, titulado Happier Than Ever, quien puede considerarse el mayor fenónemo pop de la última década ha dicho: se acabó mi aspecto de adolescente, se acabaron mis camisetas anchas, mis pantalones cortos y mis zapatillas imposibles. Es hora de sacar mi lado sexy. ¡Y vaya si lo ha hecho!
Avisó hace unas semanas cuando publicó una foto en Instagram en la que había sustituido sus características raíces verde flúor por un rubio al más puro estilo Marylin-Madonna, una imagen que batió todos los rércords al recibir más de un millón de ‘likes’ en apenas seis minutos.
Desde que la joven californiana se convirtiera en un fenómeno de masas con apenas 14 años, mantuvo una postura muy clara acerca de su cuerpo: no llevaría ropa sexy para evitar el ‘body shaming’ tan habitual hoy en las redes sociales. Pero recién cumplidos los 19 años, Billie ha dicho basta.
En declaraciones a Vogue UK, Billie dice: «de alguna forma, me siento más como una mujer». Pero también avisa: «No me conviertas en un modelo a seguir porque te excite». «He crecido mucho y he mejorado mucho en mi voz, es una locura», agrega. «Creo que el cambio es uno de los mejores regalos del mundo».
En cuanto a los estilismos elegidos para la sesión de fotos, creados por la directora de estilismo Dena Giannini con quien ha colaborado activamente para crear “su propia fantasía de moda”, vemos a Billie con monos de Thierry Mugler, faldas y corsés de Gucci, guantes de látex de Atsuko Kudo y varias piezas de lencería de Agent Provocateur.
Imágenes: Vogue UK
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