El concepto body-con se acuñó en los noventa, década en la que los vestidos se ciñeron mucho al cuerpo. Ahora vuelven reinventados, rebajando lo sexy y favoreciendo la comodidad. La paleta cromática apuesta por un solo color y las siluetas son claramente más actuales. Brandon Maxwell (ver imagen principal) propone un vestido blanco hasta los pies de manga larga y cuello alto, una propuesta minimalista que poco tiene que ver con el vestido rojo y cubierto de lentejuelas, de Bottega Veneta, que además combina con unos botines rosas de goma de grandes dimensiones; ni con el vestido negro de vinilo de Saint Laurent.
En última instancia, lo que distingue a estos vestidos ajustados de sus predecesores es que, en lugar de atraer la mirada masculina, estas piezas están hechas para que las mujerles las luzcan con confianza y glamour.
Bottega Veneta
Imágenes: L’Estrop, Cordonpress.